Categorías
Featured Invermedios Tecnología

Valoración de los activos digitales

Así como es costoso desarrollar una infraestructura física y al momento de hacerlo se planifica y presupuesta, lo mismo debe de hacerse con su infraestructura de TI: aplicaciones, sitios web, piezas multimedia, dominios, contenidos y hasta con las estrategias.

Lo digital también cuesta

Desde la unidad de Canales Electrónicos de Invermedios trabajamos para que las organizaciones comiencen a valorar uno de sus activos que aunque tiene mucha importancia, regularmente se pasa por alto: los activos digitales. Pensamos que así como es costoso desarrollar una infraestructura física y al momento de hacerlo se planifica y presupuesta, lo mismo debe de hacerse con su infraestructura de TI: aplicaciones, sitios web, piezas multimedia, dominios, contenidos y hasta con las estrategias. Sucede, que por tratarse de un activo intangible —virtual— no se le presta la debida atención, pero en algunos casos se puede llegar a gastar más en activos digitales que en propiedad, planta y equipo. Es común encontrar organizaciones invirtiendo muchos recursos de su presupuesto en desarrollar activos que nunca llegan a aprovechar por razones tan superficiales como el gusto o la apreciación estética del gerente de turno. Rediseñar páginas por capricho y no por razones funcionales, prácticas o estratégicas, es el día a día, lamentablemente.

Un proyecto / Un capricho

Más que un nuevo activo digital, esa organización lo que necesita es aprovechar el que tiene ahora mismo, y si no valoran el que tienen, tampoco valorarán el que le desarrollemos nosotros.

En días pasados un cliente nos solicitó una propuesta para el rediseño de un sitio web, y cuando indagué en la razón del cambio me dijo que el color no le parecía adecuado. (Que un color sea adecuado o no poco depende del gusto particular de una persona, pues nuestra respuesta emocional a los colores depende de asuntos tan variados y subjetivos que es imposible que dos personas lleguen a un acuerdo en base a sus preferencias.) Ya que se trata de una multinacional y la línea gráfica actual del sitio —sitio que no desarrollamos nosotros pero que está bien desarrollado— cumple con el lineamiento de la marca intenté persuadirle de invertir esos recursos en otras áreas, pero me dijo que esto tenía prioridad. La realidad es que el color era una excusa, pues también deseaba cambiar toda la estructura y la navegación. Siendo así, desestimamos el proyecto, pues más que un nuevo activo digital, esa organización lo que necesita es aprovechar el que tiene ahora mismo, y si no valoran el que tienen, tampoco valorarán el que le desarrollemos nosotros.

Para una empresa como la nuestra, que su negocio principal no es el desarrollo web, sino más bien la consultoría, un proyecto no es importante solamente por el dinero que pueda representar, sino más bien por el resultado que el mismo pueda producir. Si el proyecto realmente produce el resultado esperado el cliente llena su expectativa y nosotros ganamos posicionamiento, y dinero también. Cuando la razón que tiene un cliente que solicita el proyecto es solamente un capricho y la razón que tiene el proveedor que lo toma es solamente el dinero, lo más probable es que fracase.

En algunos casos, desarrollar una infraestructura virtual (su arquitectura, su estructura, su contenido, su diseño) es tan costoso como hacerlo físicamente en block, varilla y cemento; y así como nadie destruye las instalaciones físicas de una empresa porque no le gusta el color o el estilo, sino que espera hasta que la misma tenga su pleno aprovechamiento y luego la cambia, nadie debería destruir un sitio web bien hecho porque no le guste el color, sin importar que lo haya desarrollado el gerente anterior o la competencia del proveedor de turno.